miércoles, 23 de marzo de 2011

LOS SANTOS INOCENTES: RADIOGRAFÍA AL CORTIJO DE LAS CRIATURITAS

La puerta de la izquierda

EL PAÍS. JOSÉ MANUEL ATENCIA 22/03/2011


Una de las pocas cosas que todavía me sorprende en política es encontrarme a un antiguo dirigente, que tuvo relevancia en otras épocas, agazapado en un cargo menor. Es descubrirlo y soltar de inmediato una pregunta con la boca pequeña: ¿Este hombre qué hace aquí? La mayoría de las veces, la respuesta es idéntica: "Cuando le quitaron de tal sitio, le buscaron una salida". Buscar una salida forma parte de una filosofía política que se resume en una frase: "A la gente no se la puede dejar tirada".

Bajo la premisa de no dejar tirado nunca a nadie, los partidos llevan años acumulando a muchos mismos dirigentes en cargos de la trastienda del poder. Por eso no resulta complicado imaginar cuántas responsabilidades están en manos de personas, que tras una larga trayectoria política, siguen en algún lugar del poder por el exclusivo mérito de premiar su lealtad o los años de trabajo al partido. Se suele camuflar con otra frase muy repetida: "Es para aprovechar su experiencia". Esto, amén de facilitar la docilidad del dirigente frente al partido, conlleva un problema añadido: las renovaciones se hacen colocando también a los renovados, lo que deja escasos huecos para instalar a los nuevos dirigentes.

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